Gracias a la luz artificial se extiende el uso de los espacios públicos, al iluminar las ciudades, y más en áreas céntricas, el público puede conocer y disfrutar del espacio urbano en horario extendido.
La actividad económica se extiende así a horarios apropiados para diferentes públicos, y los turistas especialmente aprecian esto. La luz artificial de las calles y espacios públicos también mejora la seguridad para los transeúntes y propiedades.
La luz se ha convertido en derecho ciudadano, y cuanto más se ilumina con focos eléctricos una urbe, y más luminarias se instalan, parece todo mucho mejor.
Hay diferentes criterios de iluminación artificial para los espacios públicos y existen distintas tecnologías para dar luz a calles, plazas y edificios públicos. La iluminación pública muestra dos aspectos básicos: la luz en lugares oscuros para el uso del espacio en forma segura, y la luz decorativa para comunicar.
Área céntrica de la Ciudad de Buenos Aires |
Las ciudades deben ahora hacer cambios aprovechando el desarrollo tecnológico, que puede mejorar el rendimiento de la iluminación artificial en grandes espacios abiertos, y reducir significativamente el consumo de energía y la emisión de calor al ambiente.
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